La amenaza contra la maternidad

Escrito por Monika Wilkendorf

Me atrevería a decir que la relación de una madre con un hijo es una de las relaciones más sensibles e intensas que experimenta el ser humano. Precisamente por eso es que el diablo tiene especial atención en desviar nuestro corazón y nuestra mente del maravilloso diseño de Dios para la maternidad.

A finales de 1800 y hasta aproximadamente 1960, hubo una mujer en Estados Unidos que se dejó llevar por las mentiras del diablo, Margaret Sanger. Ella estaba convencida de que la mujer solo sería libre el día en que tuviera absoluto control sobre su cuerpo, y que nadie, excepto ella, podía decidir libremente si quería ser madre o no. Hoy en día su organización es conocida como «Planned Parenthood». Si bien esta organización es estadounidense, los principios que Sanger defendía y declaraba se infiltraron en prácticamente todo el mundo. Las mujeres se convencieron de que tienen absoluto derecho a decidir y controlar la maternidad. Por ejemplo, las alternativas reproductivas, cuántos hijos y cuándo tenerlos, muchas veces creyendo incluso que esa es una decisión primordialmente de ella y en segundo plano del esposo. 

Queridas hermanas, no me malentiendan, hemos sido llamados como hijos de Dios, a ser buenos administradores de lo que nuestro buen padre nos ha dado. Eso incluye a nuestros cuerpos, nuestro espacio y nuestras finanzas; todos estos son factores que inevitablemente consideramos al momento de enfrentarnos a ser madres. No obstante, si bien no estoy acá para decirte lo que debes o no hacer, como una ley, mi deseo es que puedas darte el tiempo de analizar, a la luz de las Escrituras, qué es lo que Dios nos dice al respecto.

Dios es el creador, y en el libro de Génesis vemos que fue Él quien decidió dar la vida, es más, es Él quien abre y cierra el vientre de la mujer. También vemos a lo largo de las Escrituras que fue Dios quien dio esterilidad o fertilidad a quien Él quiso y cuándo quiso. Por ejemplo, por años Ana oró por un hijo, hasta que un día Dios decidió dárselo. Por otra parte, durante toda su vida, Elizabet fue estéril, hasta que Dios decidió darle un hijo en su vejez. Así mismo con Sara, y también por causa de Sara, el Señor cerró el vientre de toda mujer en casa de Abimelec.

Hermanas, es Dios quien decide cuando un niño viene a este mundo y cuando no. En lo personal, siento que esta es una de las áreas más difíciles para una mujer de entregar en Sus perfectas manos. Nos cuesta mucho soltar el control, pero nuestra debilidad y pecado, no le quita en lo más mínimo su posición de Rey Soberano. La cultura, el diablo y nuestro propio corazón egoísta, nos quieren convencer de que los hijos son una dificultad, una incomodidad, un gasto económico, un freno a nuestro desarrollo personal. Pero hermanas, no hay ningún pasaje en las Escrituras que nos señale tal cosa, todo lo contrario, la Palabra viva nos enseña que los hijos son una bendición de Dios en todos los sentidos posibles. Entiendo los temores que muchas veces nos inundan cuando nos preguntamos ¿La maternidad será como estar embarazada por el resto de mi vida, igual que las mujeres de antes? ¿Podremos mantener económicamente a más hijos? ¿Qué dirán los demás? ¿Tendré suficiente amor para tener más hijos? ¿Cómo quedará mi cuerpo? Piensa por un minuto en tus propios temores, ahora pregúntale al Señor: ¿De dónde vienen? ¿Será que todos tienen una raíz egoísta? ¡Pregúntale al Señor!

Has considerado preguntarle alguna vez, con un corazón humilde y dispuesto, «¿cuáles son tus planes para nuestra familia en particular?» Si no lo has hecho, te invito a hacerlo junto a tu esposo. Porque tener hijos, jamás ha sido, ni será, una decisión solo de la mujer, no te dejes engañar por los ataques del diablo. 

Estamos rodeadas de mentiras que buscan alejarnos del diseño divino de Dios. De hecho, las mujeres a diario estamos siendo bombardeadas por ideas individualistas y postmodernistas que nos alejan de la verdad inmutable de nuestro Padre. En nuestra experiencia no estamos ajenos a esta dura realidad, porque tenemos dos hijas preadolescentes. Cada día observamos sus luchas a diario, sus confusiones con lo que el mundo dice y con lo que sus corazones buscan. Están aprendiendo que el corazón es engañoso y traicionero y al contrario de lo que Disney enseña, seguir sus propios corazones no les dará libertad ni felicidad. Y, la verdad es que a nosotras tampoco. Solo un corazón sometido a Cristo y enfrentado y moldeado por las Escrituras, nos llevará a la verdad y solo ella nos llevará a la libertad.

Monika Wilkendorf, ama a Jesús y a su familia. Le apasiona servir junto a su familia en la iglesia local donde se congrega en Quilpué, Chile.

Ecoturista de profesión. Se deleita al ver a Dios y mostrar a Dios por medio de la naturaleza. Ama su huerto, una buena caminata en el bosque, escuchar música y ser dueña de casa.

Le gusta compartir con chicas adolescentes. Además, es parte de la coordinación de un grupo de madres que busca crecer juntas en Cristo y acompañarse en la maternidad.

Jesús le dio sentido a su vida y quiere que otros lo conozcan y vivan el gozo de la vida eterna gracias a Él.

Publicado por mujerquepersevera

«Mujer que persevera» existe para alentar, equipar y desafiar a las mujeres de habla hispana, a conocer el Evangelio de Jesucristo y vivir su alegría en cada área de la vida. Nuestro lema es: «El Evangelio nos hace perseverar».

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